En 2011, Coca-Cola enfrentaba un desafío: necesitaban revitalizar su marca en Australia y reconectar con los jóvenes. Las ventas estaban estancadas, y la marca quería encontrar una manera innovadora de generar entusiasmo y aumentar la participación del consumidor.
La idea fue simple pero brillante: Coca-Cola decidió reemplazar su logotipo en las botellas y latas con los nombres más comunes de los jóvenes. Esta campaña se llamó "Share a Coke" (Comparte una Coca-Cola). La campaña invitaba a los consumidores a encontrar botellas con sus nombres o los nombres de amigos y familiares y compartirlas.
Así la ejecutaron
- Personalización de Productos: Coca-Cola imprimió los 150 nombres más populares de Australia en sus envases.
- Integración Digital: Se creó una plataforma en línea donde las personas podían pedir botellas personalizadas si no encontraban su nombre en las tiendas.
- Promoción en Redes Sociales: Se incentivó a los consumidores a compartir fotos de sus botellas personalizadas en redes sociales usando el hashtag #ShareACoke.
- Eventos y Publicidad: Coca-Cola organizó eventos en lugares concurridos donde los consumidores podían obtener botellas personalizadas en el acto. Además, se lanzó una campaña publicitaria en televisión y medios impresos.
Resultados
La campaña fue un éxito fenomenal en Australia y pronto se expandió a otros países. Los resultados específicos incluyeron:
- Aumento de Ventas: Las ventas de Coca-Cola aumentaron un 7% entre los jóvenes en Australia durante la campaña.
- Mayor Compromiso en Redes Sociales: Hubo un incremento masivo en la participación en redes sociales, con miles de fotos compartidas con el hashtag #ShareACoke.
- Reconexión con los Consumidores: La campaña logró crear una conexión emocional con los consumidores al personalizar la experiencia del producto.
Anecdota
En una ocasión, un joven australiano llamado Luke no pudo encontrar una botella con su nombre, ya que no estaba entre los 150 más comunes. Molesto, contactó a Coca-Cola a través de las redes sociales. Coca-Cola respondió rápidamente y envió una botella personalizada a Luke con una nota disculpándose por el inconveniente y agradeciéndole por ser un fan.
Este gesto no solo convirtió a Luke en un embajador de la marca, sino que también mostró al público que Coca-Cola estaba escuchando y valorando a sus consumidores.
Conclusión
La campaña "Share a Coke" demostró cómo una idea creativa y centrada en el consumidor puede revitalizar una marca y generar un gran impacto. Al personalizar sus productos y fomentar la participación activa de los consumidores, Coca-Cola no solo aumentó sus ventas sino que también creó una experiencia memorable y emocional para sus clientes.